Las actividades extraescolares cuentan con grandes beneficios para los niños y adolescentes. Sin embargo, tal vez no hayamos explorado las ventajas que puede tener que las realicen dentro del propio centro educativo. El colegio es un espacio que los alumnos ya conocen, donde se sienten como en casa. En cambio, también es una zona que les produce rechazo muchas veces, porque en él se les exige disciplina, educación, mejora constante y sienten que son vigilados. Pero pasar tiempo de ocio en la escuela les ayuda a que cambien de actitud.
Las actividades extraescolares en el colegio
Los alumnos pasan muchas horas al día en el colegio, estudiando y haciendo ejercicios de las diferentes asignaturas. Por esta razón, se merecen un tiempo de ocio y de descanso para que realicen las actividades extracurriculares que prefieran. Estas no tienen que ser únicamente físicas, sino que hay muchas opciones para que continúen entrenando su mente y su cuerpo. En ocasiones, dentro de la misma actividad. Es importante que ellos elijan a qué clases apuntarse. Si lo hacen en el colegio, mejor todavía, porque habrá más razones para que se beneficien de su tiempo de ocio en la escuela.
- Conocen el espacio
En muchas ocasiones, los alumnos son pequeños o demasiado tímidos para quedarse a solas en un lugar desconocido. Aunque los padres les dejen con la buena intención de que aprendan un deporte o una disciplina artística o intelectual, en muchas ocasiones lo que se les queda grabado y piensan es que les están dejando en un lugar en el que no se sienten protegidos.
Como tienen que pasar por este proceso para estudiar, si realizan actividades extraescolares en la escuela, no tienen que repetirlo. Es importante animar a los más pequeños a que busquen pasatiempos en el colegio que les ayuden a distraerse y a disfrutar de la actividad desde el primer momento.
- Conocen a los compañeros
Otro problema habitual cuando tienen que quedarse en una actividad fuera del colegio es que no conozcan a nadie. Esto se arregla socializando, pero para muchos niños no es fácil, sobre todo al comienzo. Además, es posible que los intereses sean muy variados dependiendo de la procedencia, así como que ya existan grupos antes de que se incorporen y ellos se vean desplazados.
Si van a actividades en el colegio, serán parte del grupo desde el inicio. Además, en muchas ocasiones, son los propios alumnos los que hablan sobre qué actividades les gustan y quieren apuntarse a realizar después del colegio. De este modo, coinciden compañeros de clases en los mismos deportes o actividades. Esto ayuda a los padres a saber que disfrutarán desde el principio de la actividad que han elegido.
- Aprenden a trabajar en comunidad de forma lúdica
Aunque compartan el mismo espacio o edificio para las clases obligatorias y las actividades optativas, el trabajo no es independiente, sino complementario. Es decir, en las clases de por la mañana, los alumnos son motivados por los profesores para que aprendan a trabajar en grupo e incentivar sus actitudes y capacidades. Esto no varía en las actividades extracurriculares, pero sí cambia el enfoque.
Por las tardes, ellos saben que esa actividad no es obligatoria, pero que la importancia de poder trabajar en grupo sigue siendo la misma. Por eso, les ayudará a que cuando vuelvan a casa, sepan compartir, enseñar, participar, … Esta doble función de compañerismo obligado y optativo no la podrían asimilar si no fuesen a las actividades dentro del propio colegio y con los mismos compañeros de escuela.
- No se cansan ni pierden tiempo
Los niños muchas veces deciden no asistir a eventos o actividades porque saben que supone un cambio de espacio, una adaptación, estar pendientes del horario, del tiempo, … Cuando hacen las actividades dentro del colegio, no necesitan salir del mismo edificio para tener todo lo que quieran hacer a lo largo del día. Una rutina habitual es que vayan a clase, acudan al comedor y ellos mismos se dirijan a las actividades de por la tarde.
En Villa de Griñón los niños pueden realizar numerosas actividades deportivas y culturales con las que pueden seguir creciendo, aprendiendo y desarrollándose. Además de hacer alguna actividad que les gusta, estarán aprovechando un espacio que les es conocido con unos compañeros que comparten momentos y con los que disfrutan divirtiéndose. Esto ayuda a que nuestros hijos consideren al colegio un buen lugar al que ir.