La educación en verano también es importante. Se realiza en todo momento y, por ello, el verano nos exige estar pendientes y adoptar estrategias familiares adecuadas para mejorarla. Aunque el curso escolar ha sido largo, intenso y productivo, es conveniente tener claro cómo actuar en época estival, entre la flexibilidad y la exigencia. Es el momento de enseñar de otra manera.
Cómo potenciar la educación en verano
Ciertamente, el verano presenta unas características distintas. Estamos de vacaciones, los horarios y las rutinas se relajan y el centro educativo está cerrado. Sin embargo, los niños son esponjas que se adaptan a lo nuevo con gran facilidad. Si nos olvidamos en casa de fomentar buenos hábitos, valores y actitudes, podemos retrasar el crecimiento personal de nuestros hijos.
Por eso, y sin alterar el merecido descanso infantil, hemos de potenciar y trabajar con ellos de otro modo. ¡Existen muchas opciones, planes y actuaciones que les resultarán estimulantes y didácticos!
Responsabilidades domésticas
El ambiente de relajación y mayor tranquilidad que vivimos en casa durante estas fechas es genial para repartirles tareas. Es el momento perfecto para plantear recados, pequeñas labores y encargos adaptados a sus posibilidades. Entre otros ejemplos citaremos cuidar las mascotas, organizar su habitación, ayudar en la limpieza de la vivienda o poner la mesa.
De entrada, no es lo más popular ni se mostrarán exultantes al asumir estas labores. Sin embargo, resulta fundamental que se formen en la responsabilidad, la igualdad y la colaboración familiar.
Por otra parte, también es buen momento para introducir y despertar el interés por algunas aficiones relacionadas con el hogar. Es el caso de la jardinería, la cocina o el bricolaje, en donde podemos empezar a introducirlos.
Actividades educativas que deberías fomentar
El aburrimiento es inspirador y creativo. No debemos preocuparnos si hay algún rato libre en el que los niños no tienen claro qué hacer. Pronto activarán su creatividad para imaginar un entretenimiento atractivo. No cedas en el horario marcado para los dispositivos electrónicos, puesto que si no saben qué hacer, hay otras alternativas a su alcance, como la lectura. No obstante, hemos preparado un listado de proyectos interesantes que podemos plantear a nuestros hijos en esta época del año.
Juegos matemáticos cotidianos
Aprovechar el día a día para trabajar el cálculo mental es una buena idea. Cuando nos acompañan al supermercado, les podemos pedir que sumen precios o que calculen porcentajes de descuento y los resten.
También, bajo supervisión, podemos pedirles que seleccionen los billetes para pagar y verifiquen el cambio. Por las calles, es posible trabajar la geometría pidiéndoles que reconozcan formas o que sumen o resten matrículas de vehículos.
Álbum fotográfico estival
Cuando su elaboración incluye imágenes, títulos y algún pequeño texto, se convierte en un pasatiempo formativo muy completo. Recomendamos que, durante todo el verano, lo vayan creando y, unos días antes de volver al centro educativo, lo compartan con la familia.
Juegos de mesa
Permiten pasar un tiempo de calidad en familia, pues resultan divertidos, fomentan la comunicación, entretienen y ayudan a ampliar los conocimientos y las experiencias. Además de disfrutar, aprenderán matemáticas, inglés, historia, geografía, etcétera. Aparte, como unas veces se gana y otras se pierde, sabrán cómo gestionar estas situaciones y emociones.
Ejercicios de oratoria
Siempre cabe la posibilidad de jugar a hablar en público en familia. Existen ejercicios diversos, como contar un cuento o narrar una vivencia personal. También sirve proponer tres o cuatro palabras y montar una improvisación sobre ellas o visitar a algún familiar y pedirles que resuman cómo les ha ido el colegio en un speech informal.
Los más lanzados se animarán a montar hasta una representación teatral en casa. Si queremos combinar redacción con oratoria, lo mejor es animarlos a escribir un relato y, después, leerlo en voz alta a toda la familia.
Exploración del entorno cercano
La creatividad incluye mirar con ojos nuevos las cosas viejas. Precisamente, estas fechas son idóneas para practicarla en relación con la localidad y la naturaleza circundante.
Dar paseos, jugar a encontrar mariposas, montar en bici, trepar a un árbol, observar los animales de la naturaleza y ayudar a otros es educativo. Invítalos a lanzar piedras al río o a encontrar frutos silvestres o flores llamativos, eso sí, siempre con el máximo respeto a la naturaleza.
Compartir buenas películas y series
Estas son fechas perfectas para ver juntos historias audiovisuales bien seleccionadas. Existen gran cantidad de ellas que fomentan la buena educación y enganchan e invitan a la conversación después de disfrutarlas.
Excursiones y salidas
Siempre que sea posible, conviene cambiar de aires en familia y hacer cosas distintas. Si no puede ser por cualquier causa, las pequeñas escapadas o las visitas a parques y otros espacios de proximidad son la alternativa. Durante las vacaciones, hay tiempo para todo: placer y aprendizaje.
En Villa de Griñón nos ocupamos de la educación de los niños y los jóvenes en colaboración con los padres. Como hemos visto, las vacaciones de verano son oportunidades excelentes para continuar esta labor en familia. ¡Nuestra experiencia y buen hacer nos respaldan!