Uno de los momentos más relevantes en la educación y formación de un niño es aprender a leer. Un asunto en el que la comprensión lectora jugará un papel de lo más importante. Aprender a leer no puede pasar por enseñar a un niño a juntar las letras y a formar palabras. Debe ir acompañado de un correcto desarrollo del proceso cognitivo mediante el cual ese niño no solo lee palabras, sino que entiende el significado de las mismas.
Ahora bien, ¿cómo se hace para que el desarrollo de ese proceso sea óptimo? Los padres en muchas ocasiones prestan especial atención al aprendizaje de la lectura, olvidando que la comunicación está basada en cuatro destrezas de igual importancia: hablar, leer, escribir y escuchar. Estas habilidades son relevantes e indispensables para comunicarnos, pero también para poder vivir en sociedad.
Una óptima comprensión lectora, clave en la educación de los niños
La comprensión lectora es una habilidad que se aprende y se entrena y que nos sirve para aprender a través de la lectura. Es decir, es una capacidad estrechamente relacionada o que se contextualiza en una de esas cuatro destrezas fundamentales.
Está claro que de nada nos puede servir aprender a leer si no comprendemos lo que estamos leyendo. Las palabras están hechas no solo para ser leídas, sino también para ser entendidas. Por todo esto, esta habilidad es esencial en el proceso educativo. Una afirmación que plantea una irremediable cuestión: ¿cómo hacemos para que nuestros hijos desarrollen correctamente esta habilidad? ¿Qué métodos se emplean para que ese desarrollo cognitivo se dé en las condiciones más óptimas? Atención a cómo optimizar esta habilidad en nuestros hijos.
Que los niños lean en voz alta
Aunque en los centros educativos se hace hincapié en este aspecto del aprendizaje, es realmente beneficioso para ellos llevar a cabo una serie de pautas en casa. Este es un consejo de lo más productivo y una manera de que pongan especial atención a lo que están leyendo. Es posible que al principio la lectura sea atropellada. Será precisamente la intención de mejorar la lectura lo que aumenta la atención y, por ende, esa comprensión se vea incrementada.
Releer lo que ya se ha leído
Es una técnica que no solo se aplica a los más pequeños. Es una regla o un consejo siempre incluido en las técnicas de estudio. Es interesante ver cómo tras una primera lectura rápida, una segunda con atención a lo que se está leyendo aumenta la capacidad de retención, pero también la comprensión de lo que se está leyendo. Invitar a los niños a releer lo ya leído hace que entiendan mucho mejor los textos en cuestión.
Aumentar la comprensión lectora a través de los juegos
Ya sea el ahorcado o cualquier otro juego, como el método conocido como Cloze, en el que hay que suprimir una palabra de la frase para que el niño la adivine por el contexto, jugar es siempre una buena opción. Existen numerosos juegos con los que incentivar esta comprensión. Estos son solo dos ejemplos.
- Invitarles a que nos hagan una sinopsis de lo que van a leer o de lo que ya han leído
Contextualizar los textos que se han leído o que se van a leer es una buena manera de obligarlos a entender lo que leen. Si aún ese texto no es conocido por ellos, no está de más darles un tiempo para que echen un rápido vistazo y nos resuman lo que van a leer. Si, por el contrario, ya han leído el texto, podemos pedirles que nos hagan un resumen o incluso una reflexión de lo que han leído. En ambos casos, la atención aumentará y, con ella, la capacidad de entender lo que están leyendo o han leído.
- Que el adulto lea el mismo texto
Puede parecer un juego, pero en realidad es una técnica de lo más efectiva en la comprensión de lo que se lee. Así, tras una lectura por parte de los pequeños, llega el turno del adulto. Escuchar ese mismo texto en la voz de otra persona hace que los niveles de comprensión aumenten de manera significativa. La fluidez y el énfasis que ponemos los adultos en las partes más relevantes es la explicación a este consejo que los padres deben seguir.
En todos los casos, la asiduidad de la lectura debe ser un hábito en casa.
Como conclusión, la comprensión lectora es una habilidad esencial en los tiempos en los que vividos, en los que la rapidez y la inmediatez pueden marcar la diferencia. Es por esto que si bien la labor de los centros educativos es esencial, el apoyo y el refuerzo en el ámbito familiar también lo es. Emplear tiempo en reforzar esta destreza o cualquier otra siempre será la mejor forma de apoyar la evolución de nuestros hijos.